The Jazz Magazine pregunta a Rubén Blades..
La Salsa se va sostener siempre porque tiene un elemento inmortal, que es el elemento del baile, tu tienes el contacto entre dos seres humanos..
Tu puedes llegar a un sitio un sábado en la noche, y puedes ser negro, blanco, judío, católico o lo que sea, entras y estas buscando contacto, estas buscando alguien que sepa bailar, vas a tener una relación con una persona que a lo mejor no hubieses conocido de otra forma, te vas a relacionar con un sector cultural con el que a lo mejor jamás te hubieras relacionado de otra forma, y vas a tener contacto humano con alguien, vas a tener un ejercicio de solidaridad que a lo mejor te falta el resto de tu ‘fucking semana’, pero ese sábado la vas a tener, ese sábado, ese contacto va a reverdecer en ti tu capacidad de empatía con otro ser humano aunque no te estés dando cuenta en ese momento, porque te obliga físicamente a aproximarte a alguien en la época en la que todo es absorción, todo es teléfono, y todo es mirar al teléfono, ahora, de repente estas en frente de otra persona y no solo eso, como si estuvieran en el frente de la guerra necesitas que tu compañero sepa lo que está haciendo y que tu sepas lo que estas haciendo porque como no sepan los dos lo que están haciendo, se van a cagar en lo que están haciendo. Hay incluso un momento de cooperación, hay un momento de empatía, hay un momento de alegría compartida, hay un momento de descubrimiento, toda la amalgama de vainas que se han ido desapareciendo del día a día de la vida la encuentras un sábado bailando Salsa y eso no te lo da ni la iglesia, por eso La Salsa no desaparece jamás…