Imagina que el deseo no se enciende con un botón, sino con un susurro. Con una pluma que roza tu piel, con una fresa compartida entre risas, con una mirada que dura más de lo habitual. Así, lenta y sensualmente, los sentidos se convierten en los verdaderos protagonistas de una sexualidad más viva, más real y más conectada.
La sexóloga Vanessa Vila nos invita a repensar la intimidad no desde el acto coital, ni desde las zonas erógenas clásicas, sino desde el cuerpo entero como campo de juego sensorial. Porque el placer, como la vida, cambia con el tiempo. Lo que nos excitaba a los 20 no es lo mismo que a los 40, y por eso necesitamos reaprender el lenguaje de nuestro propio deseo.
El tacto nos revela nuevas rutas de placer más allá de lo genital. ¿Has probado a explorar con textiles suaves, plumas o herramientas sensoriales? Tu piel —el órgano sexual más grande— guarda secretos aún sin descubrir.
La audición, con susurros, palabras dulces o incluso el fenómeno del ASMR, puede llevarnos a un estado de relajación o euforia que activa la dopamina, la oxitocina y la libido. Cierra los ojos. Escucha. ¿Qué despierta tu oído interior?
El gusto también juega. Sabores que se mezclan en un beso, alimentos afrodisíacos como el chocolate o el vino que estimulan el flujo sanguíneo. Una cena puede ser el preludio perfecto de una noche sensorial.
La visión nos conecta. El “eye gazing” o mirar a los ojos en silencio puede ser más poderoso que cualquier caricia. Es vulnerabilidad. Es conexión.
Y el olfato, ese sentido tan primitivo como profundo, puede evocar recuerdos, activar pasiones o generar rechazo. El olor de la piel, de la saliva, del cuerpo amado. Las velas, los aceites esenciales, todo suma al ritual de la atracción.
¿La clave? Salir de la rutina sin miedo al juego, al error, a la risa. El sexo no tiene por qué ser siempre serio o perfecto. Puede ser también una aventura sensorial, divertida y espontánea, donde cada sentido abre una nueva puerta al placer.
Así lo dice Vanessa Vila, fundadora de Papaya Tropical, quien con sabiduría y sencillez nos recuerda que el deseo puede encenderse o apagarse con los sentidos… si aprendemos a escucharlos.
El Nuevo Día / 13 Apr 2025 / Por Shakira Vargas Rodríguez / shakira.vargas@gfrmedia.com