Hay momentos en los que el vacío parece ganarnos la batalla. Cuando todo se oscurece y las preguntas sobre el sentido de la vida dejan de tener respuestas claras, lo fácil es rendirse. Pero hubo alguien que, desde el fondo de una experiencia límite —la del horror, la pérdida y el sufrimiento extremo— logró transformar esa oscuridad en una brújula.
Viktor Frankl, psiquiatra y sobreviviente de los campos de concentración nazis, no sólo encontró sentido en medio del absurdo, sino que nos dejó una poderosa enseñanza: no se trata de lo que esperamos de la vida, sino de lo que la vida espera de nosotros. Lo que leerás a continuación no es una teoría más sobre el propósito; es una invitación urgente a vivir con responsabilidad, autenticidad y sentido.
«Ay de aquel que no vio más sentido en su vida, sin objetivo, sin propósito, y por lo tanto no tiene sentido seguir adelante. Pronto se perdió. La respuesta típica con la que un hombre así rechazó todos los argumentos alentadores fue: «Ya no tengo nada que esperar de la vida. ¿Qué tipo de respuesta se puede dar a eso?
Lo que realmente se necesitaba era un cambio fundamental en nuestra actitud hacia la vida. Tuvimos que aprender a nosotros mismos y, además, tuvimos que enseñar a los hombres desesperados, que realmente no importaba lo que esperábamos de la vida, sino lo que la vida esperaba de nosotros. Teníamos que dejar de preguntar sobre el significado de la vida, y en lugar de pensar en nosotros mismos como aquellos que estaban siendo cuestionados por la vida – diariamente y por hora. Nuestra respuesta debe consistir, no en charla y meditación, sino en la acción correcta y en la conducta correcta. La vida en última instancia significa asumir la responsabilidad de encontrar la respuesta correcta a sus problemas y cumplir las tareas que constantemente establece para cada individuo.
Estas tareas, y por lo tanto el significado de la vida, difieren de hombre a hombre, y de momento a momento. Por lo tanto, es imposible definir el significado de la vida de una manera general. Las preguntas sobre el significado de la vida nunca pueden ser respondidas con declaraciones barridas. «Vida» no significa algo vago, sino algo muy real y concreto, así como las tareas de la vida también son muy reales y concretas. Forman el destino del hombre, que es diferente y único para cada individuo. Ningún hombre y ningún destino pueden ser comparados con cualquier otro hombre o cualquier otro destino. Ninguna situación se repite, y cada situación requiere una respuesta diferente. A veces la situación en la que un hombre se encuentra a sí mismo puede requerir que molde su propio destino con la acción.
En otros momentos le resulta más ventajoso aprovechar una oportunidad para contemplar y realizar activos de esta manera. A veces se puede exigir al hombre simplemente que acepte el destino, que cargue con su cruz. Cada situación se distingue por su singularidad, y siempre hay una sola respuesta correcta al problema que plantea la situación en cuestión. ”
- Por: Viktor Frankl