17.1 C
Armenia
sábado, febrero 8, 2025

Cumbres Borrascosas

— ¿Por qué me desdeñaste? ¿Por qué traicionaste a tu propia alma? No sé decirte ni una palabra de consuelo, no te la mereces… Bésame y llora todo lo que quieras, arráncame besos y lágrimas, que ellas te abrasarán y serán tu condenación. Tu misma te has matado. Si me querías, ¿con qué derecho me abandonaste? ¡Y por un mezquino capricho que sentiste hacia Linton! Ni la miseria, ni la bajeza, ni aún la muerte nos hubiera separado, y tú, sin embargo, nos separaste por tu propia voluntad. No soy yo quien ha desgarrado tu corazón. Has sido tú, y al desgarrártelo has destrozado el mío. Y si yo soy más fuerte, ¡peor para mí! ¿Para qué quiero vivir cuando tú… ? ¡Oh, Dios, quisiera estar contigo en la tumba!

— ¡Déjame! — contestó Catalina sollozando –. Si he causado mal, lo pago con mi muerte. Basta. También tú me abandonaste, pero no te lo reprocho y te he perdonado. ¡Perdóname tú también!

— ¡Perdonarte cuando veo esos ojos y toco esas manos enflaquecidas! Bésame, pero no me mires. Sí, te perdono. ¡Amo a quien me mata! Pero, ¿cómo puedo perdonar a quien acaba con tu vida?

Por: Emily Brönte

Las Palabras de la Imagen

Más que fragmentos