Dice Miles Davis:
En 1987 yo estaba realmente entrando en la música de Prince y en la de Cameo y Larry Blackmon, y en la del grupo caribeño llamado Kassav. Me gusta lo que ellos hacen. Pero quien de verdad me gusta es Prince, y en cuanto le oí quise tocar alguna vez con él… Prince parece llevar dentro algo de Marvin Gaye, de Jimi Hendrix y de Sly, incluso algo de Little Richard. Es una mezcla de todos esos músicos y Duke Ellington. Me recuerda en cierto modo a Charlie Chaplin; me lo recuerdan tanto él como Michael Jackson, a quien también admiro como artista. Prince hace tantas cosas que se diría que puede hacerlo todo: compone, canta, produce y toca música, actúa en películas, las produce y dirige y, al igual que Michael, baila como un dios. Ambos son auténticos hijoputas, pero Prince me gusta un poco más como fuerza musical completa.
Toca perdiendo el culo, tan bien como canta y compone. En todo cuanto hace hay como un toque de iglesia. Domina la guitarra y el piano. Sin embargo, es esa cosa de iglesia que oigo en su música lo que hace de él alguien especial, esa cosa quizá de órgano. Es una cosa negra, no una cosa blanca. Prince es como la iglesia para los gays. Es el músico de la gente que sale después de las diez u once de la noche. Está en la onda y por delante de la onda. Pienso que, cuando hace el amor, Prince escuchará tambores en lugar de Ravel… Para mí, puede ser el nuevo Duke Ellington de nuestro tiempo, sólo con que se lo proponga… Prince es muy amable, una persona tímida, y sobre todo un pequeño genio. Sabe muy bien lo que puede y no puede hacer, tanto en música como en todo lo demás. Seduce a todos porque colma las ilusiones de todos.
Tiene esa cosa desaseada, casi como de un chulo y una puta confundidos en una sola imagen, esa cosa de travesti. Pero cuando canta aquellas cosas fétidas, aquellas cosas calificables con una X que suele cantar sobre sexo y mujeres, lo hace con una voz que viene a ser como la voz de una chica. Si yo digo a alguien ‘Que te jodan’, estará a punto de llamar a la policía. Pero si lo dice Prince en aquella voz de chica característica suya, todo el mundo comentará que es encantador. Y su vida no está siempre a la vista del público: para muchas personas es un misterio. Michael Jackson y yo somos del mismo estilo. Pero él es realmente lo que indica su nombre, macho, un príncipe en persona cuando llegas a conocerle.
Prince
(Miles. La autobiografía, frag.-Miles Davis & Quincy Troupe)
Traducción: Jordi Gubert