En Japón, donde la ciencia y la observación minuciosa se funden con la tradición, un grupo de investigadores ha revelado un hallazgo tan fascinante como inesperado: el momento del año en que fuiste concebido podría influir en tu metabolismo de por vida.
Un estudio con 683 personas nacidas entre los 3 y los 78 años demostró que aquellos concebidos durante el invierno (cuando las temperaturas caen por debajo de los 10°C) presentan una mayor actividad del tejido adiposo marrón, el responsable de quemar calorías y generar calor corporal. En contraste con quienes fueron concebidos en estaciones cálidas, los nacidos del frío tienden a tener un menor índice de masa corporal y menos grasa visceral.
La investigación, publicada en Nature Metabolism, no solo se limitó a observar el peso o la grasa acumulada, sino que analizó en profundidad la termogénesis, ese proceso interno mediante el cual nuestro cuerpo produce calor a partir de reacciones metabólicas. Es decir, no solo se trataba de ser más delgado, sino de cómo el cuerpo de ciertas personas ha sido programado, desde antes de nacer, para quemar más y almacenar menos.
¿La clave? El tejido adiposo marrón, que, activado por el frío durante los meses de concepción (octubre a abril), se mantiene más activo a lo largo de la vida, generando un mayor gasto energético. Así, la fisiología no solo responde al entorno actual, sino que parece guardar la memoria térmica de los primeros momentos de vida.
Este hallazgo lanza una nueva mirada sobre el vínculo entre ambiente y biología humana, y plantea una incómoda pregunta: ¿cuánto de lo que somos ya estaba escrito antes de nacer?
Mientras el mundo lucha contra el sedentarismo y la obesidad, el invierno se alza como un aliado inesperado, no para congelar nuestros pasos, sino para encender el fuego interno de nuestro metabolismo.
Fuente: Deutsche Welle (Edición en español) 12 Apr 2025