Desde que arrancó la pandemia el arte contemporáneo no me dice nada de nada. Me siguen gustando los museos, las galerías, etc., pero llevo años sin ver nada que me interpele en ninguna parte. Tengo una intuición de acabamiento, como si el arte se hubiera vuelto imposible.
El cine, en cambio, que parecía un cadáver hasta hace unos años, me sigue pareciendo pertinente y muy vivo. Ahora, aclaro que trato de estar pendiente de lo que se hace, visito galerías, leo reseñas… y la sensación de imposibilidad sigue ahí.
Digo imposibilidad, no digo muerte o fosilización o putrefacción o perversión, palabras que para mí son sinónimos de vitalidad. El arte se volvió imposible quizá porque ya no ofrece ninguna conjetura verdadera. Solo parece ilustrar doctrinas.
Obviamente estamos hablando de una sensación, de una intuición y quizá de un mero hartazgo de espectador con un cierto nivel de experticia en la materia. Por ahí se me pasa y todo esto que digo es solo una imbecilidad, una chorrada.
Por: Juan cárdenas
@CasaForteCauca